El avistamiento de Auroras Boreales es uno de los espectáculos más impresionantes de la naturaleza, y el 14 de Mayo de 1921, es decir hace 100 años, una intensa tormenta solar ocasionó que estas fueran visibles desde la Isla, informó la Sociedad de Astronomía del Caribe (SAC).
Se trata de un evento que usualmente solo es visible desde áreas cercanas a los polos, y ocasionalmente desde zonas en latitudes algo más bajas, como el norte de Estados Unidos y otras áreas del planeta. La entidad educativa destacó que un estudio de la Universidad de Nebraska sobre avistamientos de Auroras en latitudes bajas, revela que el 14 de Mayo de 1921 se observaron Auroras Boreales desde Puerto Rico y otros países que por lo general nunca logran apreciar el fenómeno.
"En esa fecha, a partir de las 11:00 p.m. desde San Juan se apreció un intenso cielo amarillento, tan brillante como si aún no hubiese oscurecido, a pesar de que se acercaba la medianoche. Diversas bandas doradas fueron visibles desde el horizonte hasta el cenit o punto más alto del cielo, formando un increíble espectáculo", detallan algunas de las observaciones documentadas, explicó Eddie Irizarry, vicepresidente de la SAC.
Ya durante la madrugada, las Auroras se observaron también desde Jamaica.
La organización explicó que nuestra estrella, el Sol, tiene unos ciclos de aproximadamente once años de duración en los que muestra un aumento en la formación de manchas solares y tormentas solares. Ocasionalmente también expulsa lo que se conoce como una "eyección de masa de la corona", una nube de radiación con partículas energéticamente cargadas que pudiera salir hacia el espacio, y en ocasiones en dirección hacia la Tierra.
Al llegar hasta las cercanías de nuestro planeta, se encuentra con el campo magnético que se origina desde los polos, y que sirve de escudo a la Tierra. Al menos en esas zonas cercanas a los polos, las partículas cargadas que provienen del Sol interactúan con el campo magnético, formando una "tormenta geomagnética" y ocasionando las curiosas Auroras.
La SAC añadió que cuando se trata de una intensa tormenta geomagnética, las Auroras pudieran alcanzar a ser visibles desde latitudes bastante más bajas. "También está documentado que se observaron impresionantes Auroras Boreales desde Cuba y Puerto Rico durante otra gran tormenta solar el 2 de Septiembre de 1859", señaló la entidad educativa.
No obstante, una intensa tormenta geomagnética no solo produce hermosas auroras, sino que también pudiera ocasionar algunos efectos adversos a nuestras tecnologías. Aunque estos eventos no tienen efectos directos en la salud del ser humano, los que son intensos sí pueden ocasionar apagones por inducción en las líneas de transmisión eléctricas, y probablemente afectar algunos satélites y comunicaciones.
La gran dependencia que hemos desarrollado a la electricidad, las comunicaciones y el internet, implica que interrupciones prolongadas de estas infraestructuras serían terribles, por lo que la detección y estudios de tormentas solares intensas, e implementar formas de mitigar posibles daños, son de prioridad para muchos científicos.
La Administración Nacional Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) en coordinación con la NASA, monitorean la actividad solar y en días recientes detectaron tormentas solares leves. Científicos estudian el Sol contínuamente, ya que la formación de una notable o intensa tormenta solar en el futuro, es algo totalmente posible.